Las acuarelas como canto
Para quienes asocian pintura a color de la misma manera automática que vinculan el lenguaje de la línea al dibujo, la acuarela tendría que ser su manifestación por antonomasia: rebelde por naturaleza a toda precisión se resiste a la contención formal y el color vive en libertad.
Los grandes acuarelistas no son los que quieren domesticar este medio sino los que comprenden profundamente su dinámica. Al correr del agua en un espacio que se diluye el color habla del objeto como si el adjetivo pudiese ser a su vez sustantivo.
Este es el caso de Danielle Camus. El aire, el mar, el cielo, los árboles cantan una misma canción en la cual las cosas se desvanecen, una dinámica en la que todo lo que es deja de ser. Su exquisita sensibilidad en el ejercicio de la acuarela se funde con su otro lenguaje artístico la música: se trata de un canto emocionado donde el color toma el lugar del sonido.
Luis Felipe Noé, 2006